Los buenos viajes no siempre son los perfectamente organizados, sino los que tienen un buen rastro de espontaneidad, algo de adrenalina y una pizca de incertidumbre.
El viernes sonó el teléfono, y la informal invitación se transmitió en pocas palabras porque los minutos de aire de celular cotizan más que un doble cuarto a la madrugada.
En una esquina esperando el #viabariloche, los invitados polleras hermanos de la vida sin pupitre de por medio, Mati y Fede… en la otra esquina, pesando cada vez mas después de 7 tostadas en casa una de las comidas, los anfitriones Segundo, Susana y Sonia, mundialmente conocidos como “la triple S”.
La incertidumbre financiera en marco de las elecciones primarias presidenciales no contemplaban riesgos económicos de gran calibre, y la opción fue coche cama el sábado, ni semi ni tutto, ni muerte por inanición ni gula, ni muy muy ni tan tan.
Después de 20 horas, dos recitales de Maná, una película con un perro como protagonista (¿desgravarán impuestos?) y tres cigarrillos en la cabina del conductor, Bariloche mostro todo su esplendor. Las 10 de la mañana fue el horario de reunión del directorio visitante en la terminal de la turística ciudad del sur argentino para la toma de decisiones; todavía no estaba muy claro que plaza albergaría a nuestros valientes viajeros.
Un par de llamados telefónicos y $105 de taxi pusieron a estos dos casi homeless en el cerro. Las alentadoras noticias hablaban de una sola noche en casa de extraños para una posterior mudanza a la residencia Denegri en forma permanente, previa aceptación de bases y condiciones.
El lunes se dio comienzo oficial a la temporada. La rutina se cumplía a rajatabla, los corazones atribuían su felicidad al medio litro de nesquik, a las tostadas con manteca y miel, a los scones y algún que otro manjar sorpresa.
El lunes se dio comienzo oficial a la temporada. La rutina se cumplía a rajatabla, los corazones atribuían su felicidad al medio litro de nesquik, a las tostadas con manteca y miel, a los scones y algún que otro manjar sorpresa.
Cansados esquiadores |
La noche reunió a los cansados esquiadores a la vera de una mesa que ofrecía una confortante sopa de entrada y unos fideos con salsa de plato principal.
[La naturaleza humana supone que cada uno cumpla un rol determinado en distintos aspectos de la vida. Uno es de una forma en su casa, de otra con sus amigos, y de otra con su novia. De alguna manera, la convivencia permanente obliga a acortar esos límites, cada uno se muestra como es, y se ve el funcionamiento individual y grupal, condicionados siempre (creencias personales) por algún factor externo intangible]
Matias es un chico con muchos hermanos varones, educado de manera conservadora. Por su condición de hijo numero 15, es que durante toda su vida se vio obligado a pelear por alimentos, y en el mencionado banquete saco a relucir las marcas de la vida. Cuando llego la humeante sopa, se sirvió la primera cucharada de queso rallado, y cuando los fideos estuvieron ante sus ojos, se sirvió la segunda y ultima cucharada, a sabiendas de que dejaba al resto del grupo sin la frutilla del postre pero con la satisfacción personal del deber cumplido, sentimiento que se vio expresado en el brillo de sus ojos mezcla de condescendencia y calculada frialdad.
El martes traía malas noticias pese al famoso refrán que reza “al que madruga, Dios lo ayuda”. Los medios estaban cerrados y las opciones se limitaban a tradicionales juegos de mesa.
El azar decidió que sea el pictionary® el bufón en vez de monopoly®. El orden natural dividió los grupos fácilmente y los dados hicieron el resto.
Diversas situaciones pusieron a prueba la apelación implícita a la honestidad que existe en este tipo de juegos de mesa, dibujos inentendibles adivinados en menos de siete segundos pusieron en jaque la credibilidad del anfitrión y dueño de casa, Segundo, quien juro sobre su vida y la de parte de su familia que los pensamientos se habían transmitido por osmosis mientras el indignado niño Matias se hacia oír en el murmullo al grito de: - Me están embromando!
Para evitar rupturas terminales y aprovechando la distención provocada por el estallido de carcajadas por la antiquísima palabra utilizada por el señor Knoll, se firmó un empate que favoreció a todos los presentes.
El comité paso a la mesa de ping- pong, en donde el acusado de fraude en los dibujos vocifero a quien quisiera oírlo que tenía el record sudamericano de partidos ganados y que no había japonés ni chino que igualara sus remates con efectos controlados, y “si alguien me gana apoyo el c*** en la nieve”.-
El verdugo y NO por primera vez, fue su novia Sonia, quien sin dejarse intimidar por ser el género débil, hizo justicia en una contundente victoria pese a los pedidos de ojo de halcón del humillado perdedor. Los registros del pago de la apuesta fueron censurados por horarios de protección al menor, pero hay copias guardadas en algunos bancos de las islas Caimán por si asoman dudas.
El martes traía malas noticias pese al famoso refrán que reza “al que madruga, Dios lo ayuda”. Los medios estaban cerrados y las opciones se limitaban a tradicionales juegos de mesa.
El azar decidió que sea el pictionary® el bufón en vez de monopoly®. El orden natural dividió los grupos fácilmente y los dados hicieron el resto.
Diversas situaciones pusieron a prueba la apelación implícita a la honestidad que existe en este tipo de juegos de mesa, dibujos inentendibles adivinados en menos de siete segundos pusieron en jaque la credibilidad del anfitrión y dueño de casa, Segundo, quien juro sobre su vida y la de parte de su familia que los pensamientos se habían transmitido por osmosis mientras el indignado niño Matias se hacia oír en el murmullo al grito de: - Me están embromando!
Para evitar rupturas terminales y aprovechando la distención provocada por el estallido de carcajadas por la antiquísima palabra utilizada por el señor Knoll, se firmó un empate que favoreció a todos los presentes.
El comité paso a la mesa de ping- pong, en donde el acusado de fraude en los dibujos vocifero a quien quisiera oírlo que tenía el record sudamericano de partidos ganados y que no había japonés ni chino que igualara sus remates con efectos controlados, y “si alguien me gana apoyo el c*** en la nieve”.-
El verdugo y NO por primera vez, fue su novia Sonia, quien sin dejarse intimidar por ser el género débil, hizo justicia en una contundente victoria pese a los pedidos de ojo de halcón del humillado perdedor. Los registros del pago de la apuesta fueron censurados por horarios de protección al menor, pero hay copias guardadas en algunos bancos de las islas Caimán por si asoman dudas.
To be continued…
BRILLONTE HARRINGTON!!
ResponderEliminartengo que firmar Anónimo ya que tus caluminas, injurias y difamaciones me arrojaron al anonimato
espectaculaaaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminar